Lección 2: Fundamentos del Yagami Ryu

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Aunque no existe en shibari una regla canónica que indique por dónde empezar la restricción, hay algunas consideraciones a tener en cuenta.

¿Por dónde empezar?

No existe en shibari una regla canónica que indique por dónde empezar la restricción. Pero si nos fijamos en la anatomía funcional humana, veremos que en el momento en que no podemos usar las manos nos vemos bastante limitados.

No en vano, llevar los brazos atrás es una de las formas más comunes de restricción. Es la que utilizan los cuerpos de seguridad habitualmente con los detenidos.

Un error terrible que hemos visto mil veces, independientemente del grado de experiencia. La persona atada coloca ambos brazos atrás por sí misma y quien ata llega y hace un amarre.

Llevar los brazos atrás, y colocarlos en la clásica postura de caja que vemos en las fotos es un error. Muy pocas personas con "cuerpos occidentales" pueden estabilizar las articulaciones escapulo-claviculares (hombro) en esa posición. Y esto es consecuencia de que no pueden mantener la activación de los brazos en dicha postura.

Desde el punto de vista de la gestión, la persona que ata poco o nada está gestionando en este movimiento. No es un sastre tomando medidas para hacer un traje. Debe gestionar todo lo que sucede en la sesión. Por fluidez, pero también por responsabilidad.

Quien ata no debe descuidar en ningún momento su postura. Sin una postura de balance, la gestión del cuerpo de la persona atada será una tarea poco eficiente.

Visualizar, comprender y aplicar la triangulación a los cuerpos y energías implicados en cada acción es la clave técnica para conseguir restricciones eficientes y seguras.

Hay que aprovechar los “triángulos” que se forman, o crearlos para facilitar la tarea. Visualizar el triángulo e identificar el vértice sobre el que rotará.

Otro de los principales malos hábitos de los estudiantes de shibari suele ser hacer movimientos lineales. Líneas y ángulos rectos.

Cuando aplicamos una restricción, como norma general, los movimientos deben ser circulares. El triángulo rota sobre uno de sus vértices.

La estabilidad, el balance, en ambos cuerpos, ha de ser el punto de partida. Es lo que, en este caso, representa la figura del cuadrado.

Desde una posición de balance y estabilidad, la persona que ata inicia la restricción creando ángulos. Entre su cuerpo y el de la persona atada, o en el propio cuerpo de la persona atada.

Ojo: es necesario un poco de sentido común y una comprensión básica de la anatomía para elegir el punto de rotación. Si hablamos de articulaciones ha de ser una articulación que nos ofrezca estabilidad, por ejemplo, nunca utilizar la rodilla. Y obviamente, evitar que la rotación termine con la persona atada golpeando el suelo o cualquier objeto de la estancia.

Los movimientos que efectuemos en la restricción anatómica, los representamos con la forma del círculo, ya que en su mayoría son movimientos circulares.

Sobre la adaptación

El error va a estar presente. Quien ata puede poner en marcha la sesión, el acercamiento y el agarre iniciales y no obtener la respuesta adecuada de la persona atada.

No pasa nada, buscar otra fórmula, otro acercamiento, modificar el tono a tenor de la respuesta no verbal que transmite la persona atada.

Proseguir la sesión sin atender a las respuestas de la persona atada llevará, más pronto que tarde, a que abandone el contexto erótico.

Si proseguimos la sesión y una de las partes está fuera del contexto erótico, el encuentro deja de ser una experiencia satisfactoria para esa persona. Ese es el camino del abuso.

Recomendación: Separar práctica de juego. La práctica ha de ser consciente, con feedback continuo, pero también ha de ser breve, y si es posible, lúdica y divertida. El juego erótico ha de ser instintiva, duradera, erótica y excitante.

Una vez entendáis el funcionamiento de una técnica sencilla, y encontréis la forma de incorporarla a vuestras interacciones, tan solo se trata de añadir más técnicas hasta construir una escena completa. Pero de una en una y siempre sobre seguro.

Recordar: la seguridad no es una opción. Es un requisito.

Proceso

Para aplicar cualquier técnica en el shibari es recomendable seguir este proceso:

Planificar

¿Qué queremos conseguir? ¿Cómo hacerlo? ¿De qué forma? .
Antes de dar cualquier paso, tenemos que pensar y tener clara nuestra intención, la forma de llevarla a cabo, y posibles alternativas, objeciones o inconvenientes que puedan surgir.

De forma abstracta, pero también personalizando. No será igual con una persona que con otra, en un día que en otro. Tener las ideas claras es requisito para poder adaptarse.

Visualizar

El segundo paso es visualizar lo que vamos a hacer. No fantasear, sino visualizar.

Ejecutar

Una vez recorridos los dos pasos anteriores, ponemos en práctica lo que tenemos en mente. Posiblemente, la realidad coque con nuestra visualización idealizada. Aquí es donde comienza el aprendizaje. Afrontar y resolver cada situación.

Este procedimiento es muy recomendable aplicarlo a cada paso y movimiento, Por eso, en el aprendizaje del shibari es necesario descomponer cada técnica en sus “pasos” y practicar cada uno de forma individual, poco a poco. Progresando a medida que tenemos dominado el paso anterior.

Consejos para la práctica

Diferenciar práctica con fines de estudio de juego erótico.

La práctica requiere que ambas personas estén plenamente conscientes. Pendiente la persona atada de su cuerpo, y la persona que ata verificando que la técnica cumple su función.

El feedback mutuo, claro y conciso es fundamental para aprender y mejorar.